Cuando una pareja decide poner fin a su matrimonio, existen varias vías para hacerlo, pero sin duda el divorcio de mutuo acuerdo es la alternativa más sencilla, rápida y económica. Lo digo por experiencia y por lo que he visto en los procesos que suelen surgir en estos casos. Nadie quiere alargar un proceso ya de por sí delicado, por eso optar por un divorcio amistoso es, sin duda, lo más recomendable si ambas partes están dispuestas a colaborar.
Sin embargo, una de las dudas más habituales que surge es si es necesario contratar un abogado, incluso cuando ya existe un acuerdo entre los cónyuges. Y es normal que lo preguntes, sobre todo si buscas simplificar al máximo el procedimiento y reducir costes. En este artículo, voy a despejar esa duda basándome en la ley, en la práctica y en la experiencia que se recoge de los casos más frecuentes.
Antes de entrar en si es necesario o no un abogado, conviene entender bien qué implica un divorcio de mutuo acuerdo. A diferencia del divorcio contencioso, donde hay desacuerdos y el juez debe resolver, el de mutuo acuerdo se basa en que ambas partes pactan de antemano todos los aspectos relacionados con la separación:
Ese pacto se plasma en un documento fundamental llamado convenio regulador, que después se somete a la aprobación judicial o notarial, dependiendo del caso.
En resumen, hablamos de un procedimiento más rápido, menos costoso y que reduce la carga emocional, siempre que ambas partes estén dispuestas a colaborar.
He visto cómo los divorcios contenciosos pueden ser largos, costosos y emocionalmente agotadores. Por eso, siempre que sea posible, el divorcio de mutuo acuerdo es la mejor vía. Aquí te resumo sus principales beneficios:
Eso sí, para que sea realmente efectivo y legal, el proceso debe estar bien asesorado. Y aquí entra la pregunta clave: ¿se necesita un abogado, incluso en el mutuo acuerdo?
La respuesta es clara: sí, es obligatorio contar con un abogado, incluso en los divorcios amistosos. Esto está regulado en la legislación española, concretamente en el Artículo 87 del Código Civil y en la Ley de Enjuiciamiento Civil, que establecen que en los procedimientos de divorcio, tanto si son contenciosos como de mutuo acuerdo, se debe acudir representado por abogado y procurador, al menos cuando se tramite por vía judicial.
Ahora bien, hay matices:
Por tanto, aunque sea un proceso amigable, legalmente necesitas asesoramiento y representación profesional.
Aquí viene una de las ventajas interesantes del divorcio amistoso: ambas partes pueden compartir abogado, lo que implica un importante ahorro económico y simplificación del proceso.
Compartir abogado es totalmente legal y habitual en estos casos, siempre que exista un consenso real entre las partes y que ambas estén de acuerdo en todos los puntos del convenio regulador.
Sin embargo, es fundamental que ese abogado sea neutral y vele por los intereses de ambos, sin inclinarse por una de las partes. Si detectas que las posturas no están equilibradas o surge algún conflicto, lo ideal sería que cada parte cuente con su propio abogado.
La forma de tramitar el divorcio de mutuo acuerdo varía en función de las circunstancias:
Divorcio notarial:
Divorcio judicial de mutuo acuerdo:
Como ves, el abogado es figura clave en ambos caminos, pero el tipo de procedimiento varía.
Más allá de que sea obligatorio, contar con un abogado especializado en divorcios aporta tranquilidad y seguridad. Te lo digo con convicción: un buen abogado no solo redacta el convenio, sino que vela por que los acuerdos sean justos, legales y sostenibles en el tiempo.
Sus funciones principales son:
En definitiva, es la mejor inversión para evitar sorpresas desagradables a futuro.
Sin lugar a dudas, sí. No solo porque sea legalmente obligatorio, sino porque el abogado aporta el respaldo necesario para que todo el proceso se desarrolle con las máximas garantías.
El divorcio de mutuo acuerdo facilita la vida de todos los implicados, reduce tensiones y permite avanzar de forma más serena hacia una nueva etapa. Pero incluso en un entorno amistoso, no se deben dejar cabos sueltos.
Recuerda: un buen convenio regulador, bien asesorado y redactado, evitará problemas, malentendidos y conflictos futuros.
Así que, si te estás planteando un divorcio de mutuo acuerdo, mi recomendación es clara: acude a un abogado especializado, comparte si lo deseas, y garantiza que el proceso sea ágil, legal y seguro para ambas partes.